En estos dificiles momentos, Egipto se mueve en el filo de la navaja. El dictador acomodado en el poder gracias al apoyo del mundo moderno se niega a obedecer al pueblo que le exige desaparecer de sus vidas, algo muy normal en los dictadores.
Desde el mundo "civilizado" occidental se hacen continuos llamamientos a la calma, el diálogo y la paciencia de los egipcios para facilitar una transición pacífica.
Desde España podemos decirles lo que ellos llaman una transición pacífica; aquí tuvimos una que le encantó a todo el mundo, así que podemos darle la receta adecuada:
1)Dejen en paz al dictador, no hay prisa para traer la democracia.
2)Dejen que los miembros del gobierno dictatorial se vayan colocando en buenas posiciones de cara al cambio político (banqueros, asesores, políticos "reformados", empresarios, etc...)
3)No tengan prisa por los presos políticos ni rabia por los muertos, pronto pasará todo.
4)Tienen que mirar a los verdugos y colaboradores con la dictadura y, sonriendo, decir; "bueno, todos tenemos culpa, no pasa nada" y darle un abrazo.
5)No esperen responsabilidades al antiguo régimen, conténtese con tener su dichosa democracia.
6)Si los miembros de la dictadura constituyen partidos políticos manteniendo sus ideas, no hay que reprocharselo, eso constituye la "pluralidad democrática"
7)Olvídense de los bienes y el patrimonio robado por la dictadura
8)Agradezcan la legalidad de partidos de oposición con una oposición suave y sin rencores
9)Los cambios radicales son de gente poco civilizada
10)Nada de echar la vista atrás, hay que mirar adelante.
Siguiendo estos consejos, pronto tendrán una democracia moderna y occidental que les permitirá vivir en paz y felicidad, sin rencores y con respeto absoluto por los derechos de los ciudadanos como dicta la democracia, el poder del pueblo. Igualito que aquí.
Efectivamente, los egipcios no tienen que seguir nuestro nefasto ejemplo de transición.Deben pasar a cuchillo a todos los funcionarios, policias, colaboradores y simpatizantes del regimen dictatorial egipcio y exponer sus cadaveres en la plaza del Cairo para que todo el mundo los vea. En vez de entretenerse,como nosotros hicimos, en contruir un futuro mejor, en paz y libertad para las generaciones venideras, deben recordar todos los dias del año lo que han sufrido estos años para que nunca se olvide y sembrar la semilla del odio en las generaciones venideras los siglo por los siglos. Asi evitaran que transcurridos treinta años, como ha pasado aqui, los jovenes como tu que han nacido en la democracia puedan llegar a fundar partidos como somos, tengan hasta cuatro videoconsolas como tu, un iPhone, acceso a Internet, la posibilidad de haber viajado por medio mundo, comer lo que te da la gana, etc,etc..
ResponderEliminarDeseo, de corazon, que la democracia llegue a todas estas naciones. Pero que sea una democracia verdadera y que les traiga el progreso social y economico que se merecen y que no se echen en brazos de un islamismo radical que los retraiga a epocas medievales
Viva la demagogia. Entre pasar a cuchillo a todos los miembros de una dictadura y darles un retiro dorado con todos los privilegios adquiridos con su colaboración con el régimen, como se hizo en España, hay un abismo, y nadie ha dicho que se tome el primer camino, simplemente que se evite el segundo, donde gracias a esa "paz y libertad" que nos detuvimos en construir tenemos un partido político fundado por miembros del antiguo régimen, tenemos la justicia menos imparcial de media Europa, tenemos a la Falange impidiendo que se pidan responsabilidades por sus crímenes y tenemos la manga más ancha de toda Europa respecto a la apología de la dictadura.
ResponderEliminarEl odio hacia la dictadura y la represión criminal que conlleva no es algo que deba ocultarse, proque es la única mnaera de no volver a permitirlo.
La falsa idea de "ya pasó todo, olvidemos lo pasado" sólo ha beneficiado en estos 30 años a los verdugos que han visto su jubilación en paz mientras que las víctimas se han quedado igual que en 1939, sólos y desamparados.
Mezclar el desarrollo de España en los últimos 30 años a la transición es un tanto arriesgado, pero tratar de vender que la única alternativa a esta "democracia" era una orgía de sangre, odio y violencia es, cuando menos, demagógica.